lunes, 22 de octubre de 2012

París


Hola a todos los que leen. He decidido que ya es hora de escribir algo menos volátil y contarles porqué estoy acá, que hago día a día y que impresiones tengo de esta ciudad.
No muchos saben pero decidí congelar este semestre para alejarme de Chile, despejar mi mente y alejarme del ambiente que me rodeaba. Me vine sin ni un plan y SIN VISA (con mayúscula porque me han preguntado muchísimas veces porqué no me quedo a vivir en Europa) los que me conocen saben que me encantaría vivir acá pero es más difícil de lo que imaginan debido al costo de vida y más aún si quisiera estudiar, y en cualquier caso, tendría que tramitar una visa desde Chile... por lo tanto, he decidido alejar ese deseo de mi cabeza, disfrutar cada buena o mala experiencia y apreciar las enormes oportunidades que he tenido.

La mayoría de la gente relaciona París con amor, moda, glamour... Yo opino lo contrario... Sólo he visto amor en las parejas de turistas que visitan este lugar pero normalmente veo muchísima pobreza, inmigrantes ilegales y árabes molestosos que ven a las extranjeras como las putas que pueden conseguir fácilmente y gratis... nada parecido al amor. Las francesas (al contrario de los hombres)en general se visten mal, no digamos que soy una experta en moda (ni si quiera me acerco a eso xD) pero es una opinión que muchos han elaborado luego de conocer Paris.

Hace unos días me bajé en la estación Barbès Rochechouart de la línea 2 mientras esperaba a alguien y por primera vez sentí mucho miedo, apenas salí del metro se me acercaron muchos flaites a ofrecerme no sé que.. asumo que drogas o buscando sexo. Casi todos vienen de los mismos países.. no quiero generalizar ni tampoco llamarlos a todos por una religión porque no son todos iguales pero realmente son insoportables y acá ¡te siguen! que es lo peor... tienes que decirles que no unas 10 veces y poner tu peor cara de perra, caminar bien rápido y tal vez ahí los pierdes de vista.

Alguna de las curiosidades que he visto fue en el supermercado; si estás inscrito, puedes sacar tu máquina para marcar los productos y así evitar pasar por la caja... algo así como cuando van a elegir los regalos de matrimonio... tampoco hay una persona que pese las frutas ni las verduras, todo está reemplazado por máquinas touch lo que encuentro bastante útil pero en Chile sería una fuente menos de trabajo. También hay baños públicos muy modernos en las calles, lamentablemente los cierran de noche que dependiendo de tu estado etílico si que son necesarios pero es por seguridad. Lo más "cool" que he visto son unos autos eléctricos que se arriendan llamados "velieb", al igual que las bicicletas, puedes usarlos por tiempo y los dejas en la estación más cercana a tu destino.

Otra cosa que llamó mi atención desde la primera vez que pisé París hace ya cuatro años y que no deja de sorprenderme, son las tenidas de algunas personas, sobre todo la de las africanas llenas de colores, también algunas musulmanas las que andan más cubiertas como la de ayer que usaba una túnica azul y el celular enganchado en su "Burka" para así no utilizar sus manos xD

Lo que más me agrada de Paris es que puedes bajarte en una estación cualquiera, caminar hacia donde el viento te lleve (ese es mi lema actualmente) y encontrar construcciones sorprendentes, monumentos con historia o alguna expresión artística en alguna esquina o callejón.






martes, 9 de octubre de 2012

Hace nueve meses

La última vez que tomé un baño de tina con espuma y esencias fue hace exactamente nueve meses atrás, como si hubiese alguien a cargo de la planificación de eventos con fechas y horas exactas. Ese fue el día que los síntomas de pérdida comenzaron, y, siguiendo los consejos de en ese entonces parte responsable de mi embarazo, tomé un baño de espuma.
Recuerdo que observé detenidamente mi cuerpo tratando de memorizar cada detalle para luego imaginar como me vería en un tiempo más. Acaricié mi vientre cariñosa y desesperadamente hablándole a lo que mi cuerpo estaba creando y pidiéndole que se afirmara.
Hace nueve meses sentí una profunda tristeza y desgracia el que no haya llegado a su término. Hoy no sé que pensar pero me siento feliz de no tener que cargar con tal responsabilidad sola que además me amarre a una persona que no merece tanta felicidad. Hace nueve meses jamás imaginé estar escribiendo algo similar, hace nueve meses no pensé estar a más de quince mil kilómetros de distancia de ese último baño de tina, enamorada, ilusionada y dispuesta a dejar mi vida por la suya. Hace nueve meses jamás pensé estacreando, cantando y pintando colores en mi vida y la del resto desde este baño de tina con esencias de menta para mi resfrío.

A orillas del río

Aquella fue una fría noche pero las ganas de volar nunca desaparecen; menos después de una grata velada de baile escocés, algo nuevo para mi deleite por cierto, y cerveza de alguno de los miles de tipos de este país donde hasta las cerraduras de las puertas funcionan al revés.
Nos sentamos a orillas de un río y enrolamos a nuestra querida amiga y compañera siguiendo el ritual sagrado europeo casi imposible de modificar... papelillos largos, cogollos o hashis mezclado con tabaco (ni pensar en fumarlo puro), y el filtro de cartón.
Nuestro viaje comenzó con una vista privilegiada algo difícil de distinguir debido a la oscuridad pero definitivamente inspirador: un pájaro de tamaño considerable (Graureiher) aguardaba sigiloso por su cena mientras mi mente se alejaba paulatinamente de la tierra, cuando de pronto en un rápido y preciso movimiento, el ave consiguió su festín que mantuvo un buen rato en su pico mientras éste se movía y retorcía al igual que mis pensamientos al observar tal escena. Después de unos minutos decidió terminar con él y lo tragó mientras mi imaginación se transportaba hacia el estómago de aquel pájaro sintiendo como propio el cosquilleo que su cena aún vivo le producía. Luego de divagar un rato, emprendimos vuelo pedaleando hacia el hogar.